Stardust

lunes, 23 de marzo de 2015

Hace unas semanas Juanjo y Virginia, de Ni un día sin libro, aparecieron en mi casa con una montaña de libros que he colocado en un lugar bien visible; me encanta ver los libros amontonados esperando ser leídos, porque además no es muy frecuente que se me acumulen. Los habían elegido individualmente, cuando me los dieron me fueron dando una breve explicación de por qué me habían traído cada uno de ellos; sé que disfrutaron tanto eligiéndolos como yo recibiéndolos, y eso convierte el momento en que empiezo uno de esos libros en algo muy especial.

Hoy os traigo el primero de esos libros, que ya me advirtieron me iba a encantar. Se trata de Stardust, de Neil Gaiman, en una edición ilustrada por Charles Vess. Lo primero que hice fue ojear las ilustraciones, delicadas y llenas de detalles; inmediatamente me sentí transportada al interior de la historia. Eso es exactamente lo que me gusta encontrar en una edición ilustrada: que las ilustraciones sirvan de cauce a la historia, que te conduzcan a ella y te hagan sentir aún en mayor medida parte de la misma.

Una vez metida de lleno en el mundo mágico creado con las imágenes, comencé a leer.  O mejor dicho, comencé a vivir la historia. Comienza en nuestro mundo, en la población de Wall, donde sus moradores conviven con la certeza de la magia, la fantasía y la ilusión que se oculta tras un pequeño hueco que sirve de puerta a Fairy. 

Como siempre, mi descripción del argumento no va a ir más allá. No me gusta ni siquiera leer la contraportada antes de comenzar un libro; me gusta la sorpresa, el ir descubriendo cada página con la mente desprovista de condicionamientos; prefiero la recomendación de alguien que me conozca bien.  

Sí os voy a contar que conforme iba leyendo iba perdiendo la noción de la realidad; ya no estaba sentada en mi sofá sino inmersa en la historia, oyendo en mi cabeza las palabras y viendo las imágenes que en cada página las complementan perfectamente. Sumergida por completo en un mundo mágico que me recordó en más de una ocasión a los cuentos de los Hermanos Grimm, a otra época, otros valores y otra forma de concebir  el romance y la aventura; un mundo capaz de albergar junto a la luz más brillante y cálida la oscuridad más profunda y aterradora. 

Un libro para aquellos momentos en que necesitas evadirte, cambiar el rumbo de tus pensamientos o hacer una pausa en ellos. Perfecta para un día gris, incluso para una época gris; en ocasiones necesitamos creer de nuevo en la magia, en el por qué no. 

Hace algún tiempo alguien me pidió un libro de una forma tan especial que la hice mía: déjame un libro que creas que puedo necesitar. En mi opinión, la forma perfecta de pedirlo; por un lado, produce auténtica satisfacción la búsqueda pensando precisamente en la persona que lo va a leer; por otro, es muy gratificante leer un libro que ha sido especialmente elegido para ti. Esa es la última sensación que quiero transmitidos hoy: cuando cerré el libro, además de permanecer maravillada aún por la historia, comprendí por qué Juanjo lo había elegido para mí. Y sí, acertaste: lo necesitaba.  

3 comentarios:

  1. Me ha encantado leerte hoy. Ser protagonista de tu entrada me llena de gozo. Por cierto, Virginia sostiene que fue ella la que eligió el libro para ti. Delirios propios de su avanzada gestación. Me alegra muchísimo que te haya gustado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En ese universo paralelo en el que no hay móviles y no sabes muy bien qué día es, sí, lo elegiste tú ;)

      Eliminar
  2. Uno más que me apunto para cuando vaya. Aunque a lo mejor te pido uno que creas que puedo necesitar, seguro que me sorprendes :)
    Besos.

    ResponderEliminar