Hoy os propongo un reto: leer este post hasta el final. El motivo? Muy sencillo: hoy vamos a aproximarnos juntos a la ópera. Y sé positivamente que la tentación de decir "qué rollo, no sigo leyendo" será muy fuerte; dadle una oportunidad. Como en todo, hay muchas perspectivas desde las que abordarla y ya sabéis que aquí lo que trato es de transmitir sensaciones, llenar momentos, dar una vuelta de tuerca a nuestros puntos de vista.
Tengo que decir que no soy una gran aficionada a la ópera, en realidad me interesa, por encima de todo, la historia que hay detrás. Y siempre me ha llamado la atención el drama que subyace en la mayoría de las óperas conocidas; alguna de ellas me ha producido un sentimiento de congoja muy intenso, como es el caso de la que os quiero sugerir hoy: Madama Butterfly.
La historia es trágica, bellísima y tan atrayente que es imposible no sentir algo profundo al conocerla. Pinkerton, un americano destinado en Japón, a través de un casamentero se prepara para contraer matrimonio con una geisha (Butterfly), aunque su intención desde el principio es que sea algo temporal, gracias a las laxas leyes en materia de divorcio japonesas; a la larga, quiere encontrar "una buena americana". Este engaño, unido al carácter dulce, sensible y a la completa entrega de la geisha, que incluso renuncia a su religión y es repudiada por su familia por ello, es el caldo de cultivo perfecto para un desenlace previsible pero no por ello menos triste: el americano la abandona, y ella, convencida de que va a volver, sumida en la pobreza y con un hijo que él ni siquiera ha llegado a conocer, no pierde la esperanza; se enfrenta a cuantos quieren convencerla de que no regresará y espera, simple y llanamente espera.
Finalmente, él vuelve casado con otra, Kate, para llevarse a su hijo. La protagonista, que inicialmente cree q regresa a ella, engalana la casa, para finalmente descubrir la verdad. Desesperada, y tras despedirse de su hijo (estremecedor) pone fin a su vida, que para ella no tiene ningún sentido sin él.
Esto es lo que quiero compartir hoy con vosotros: escuchad ahora un fragmento, por ejemplo la célebre aria "Un bel di vedremo...", en la que la geisha se muestra firme y convencida de que su amado regresará. Pensad en ese momento de la historia, escuchad la firmeza, la ingenuidad sabiendo que no durará, que ese alma se va a romper en mil pedazos cuando la esperanza muera. O "Tu, tu..." en la que se despide de su hijo, llena de dolor. Buscad la traducción, conoced a fondo la historia, dejaos llevar por la emoción. Si ya la conocéis, escuchadla desde la perspectiva que os ofrezco hoy, si no, dedicadle uno de vuestros momentos; estoy convencida de que se convertirá en algo especial.
Espero que el reto que os planteaba al principio haya merecido la pena; al menos habréis descubierto o recordado una bellísima historia que sin duda, llenará alguno de vuestros momentos.
Yo tampoco soy aficionada a la ópera ( quiza porque no nos ham formado para apreciarla)pero tengo que reconocer que esta concretamente por su conmovedora historia y el aria principal q es preciosa cuando la oigo m estremece y m encanta; y desd luego con tu comentario dan ganas d ponerse a verla.gracias
ResponderEliminarGracias a ti ANÓNIMA que tengo la sensación de que me lees todos los días 😜.
ResponderEliminarHe crecido escuchando Madama Butterfly, Carmen, el barbero de Sevilla, Otello, Rigoletto... pero nunca han sido mi punto débil tampoco. Sin embargo leerte hoy me ha traído muchos recuerdos. A mi padre, gran aficionado a la ópera y música clásica, le hubiese encantado leerte. Bsz
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