Un momento para la magia

martes, 9 de junio de 2015

Hoy, un universo. De imaginación, de magia, de literatura, de cine. Hoy dejamos el mundo muggle y nos sumergimos en el mundo mágico creado por JK Rowling: Harry Potter.

Un universo al que los adultos en ocasiones nos hemos aproximado con cautela, por aquello de que la magia es algo de niños; pues bien, esta saga nos ha demostrado que no lo es. Llegué al primer libro casi por casualidad, atraída por el ruido que estaba generando, y una vez leí el primer capítulo, me vi envuelta en su mundo, atrapada voluntariamente y para siempre. De hecho, los he ido leyendo en inglés por no esperar a su lanzamiento en castellano. 

Y diréis, ¿qué hay de diferente en estos libros para que le dediquemos algunos de nuestros preciados momentos? Pues todo. Sencillamente, son el lugar perfecto al que escapar, donde refugiarte y evadirte. Es abrir sus páginas y verte allí, paseando por las calles de Diagon Alley, mirando con curiosidad los escaparates con mil objetos inverosímiles, maravillarte ante la magnificencia de Gringots, el banco de los magos... Y después, subir al expreso a Howards en King's Cross, en el andén 9 y 3/4, y en un viaje atravesando montañas, ríos y kilómetros de verde, llegar a Howards. Sin duda, el lugar mágico por excelencia. 

Es tan difícil que un libro fantástico te haga recrear el mundo descrito en él de esta forma... Quizás uno de los aciertos es el hacer convivir el mundo real, el nuestro (los "muggles") con el mundo mágico. Nosotros, con nuestro frenético ritmo de vida, nuestra obsesión por las apariencias y el qué dirán, tan ocupados que no advertimos las señales de la existencia de la magia. ¡No me digáis que no es posible!

No todo es ambientación, aunque si os digo la verdad, en mi caso es lo que me maravilló de los libros. Además, una historia que va in crescendo, que nos deja en cada final con ganas de mucho más; que nos ha mantenido en vilo a lo largo de siete libros, hasta llegar a un final que puedo decir que es de los mejores finales (si no el mejor) para una saga que he leído nunca. Mantener la atención, la expectación, durante nada menos que siete libros... ¿No creéis que al menos merece una oportunidad?

Y por supuesto, los personajes. No sólo los tres protagonistas, sino todos y cada uno de los que aparecen en los libros: perfectamente imaginables, deliciosamente complejos y que despiertan en nosotros emociones dispares; hay buenos y malos, por supuesto, pero con grises, con recovecos sorprendentes. Una lucha entre el bien y el mal abordada desde una perspectiva realista: la de que no todo es lo que parece, y que hay que profundizar en las personas antes de juzgarlas. 

Habréis observado que no me he refiero a las películas; es porque creo que merecen una entrada diferente en mi blog. Y porque mi recomendación hoy es precisamente la de empezar por el principio, por el origen de todo: Harry Potter y la piedra filosofal. Dejad a un lado ideas preconcebidas de literatura para niños: estos libros son universales, tan solo hace falta una mente abierta, receptiva y dispuesta a dejar volar la imaginación. Yo, por mi parte, voy a releerlo: necesito mi dosis de magia y de escape. 

Os dejo con una frase de Dumbledore, un personaje que en sí mismo (como la mayoría de los creados por JK Rowling) daría para escribir otro libro: "Las palabras son nuestra fuente más inagotable de magia, capaces tanto de infligir heridas como de sanarlas"

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