Un momento para Draper

martes, 23 de junio de 2015

No sabía si escribir sobre la serie que os traigo hoy. Porque se han dicho prácticamente todo y porque en cierto modo es increíble que no la haya visto hasta ahora. No ha sido por falta de ganas; desde que la emitieron sabía que me iba a gustar, sino falta de tiempo, unido al hecho de que me encanta ver una serie del tirón, sin tener que quedarme con el gusanillo de qué vendrá después. Tampoco es usual que sólo tras la primera temporada ya necesite escribir sobre ella. Y sin embargo, nada más terminar de verla comprendo que tengo que hacerlo así. 

De esta forma, hoy compartimos la primera temporada de Mad Men. Como os decía, es difícil decir algo nuevo de esta serie, pero ya sabéis que aquí se trata de ofreceros mi particular visión: por qué Mad Men se ha ganado un lugar preferente en mis momentos del día. Hasta el punto de que ya la sintonía inicial me sitúa en el Nueva York de los 60, que ya no me hace pensar inmediatamente en Kennedy, sino que me transporta al universo de Don Draper.

Pocas veces he tenido tanta preferencia por un personaje en una serie con actuaciones brillantes y memorables, con multitud de personajes con entidad propia e historias propias. Y sin embargo, siento que todos ellos están al servicio de Draper. Cada escenario, magníficamente diseñado para situarnos en la acción en lugar de sentirnos meros espectadores, luce engalanado para Don Draper. Porque Mad Men es, en gran medida, el conjunto de lugares donde se desarrolla la acción; la sensación de estar allí es lo que en primer lugar me atrapó.

Y así, me introduje de lleno en el frenético mundo de la publicidad, en una época en la que las mujeres poco a poco iban tratando de hacerse un hueco en aquellos espacios reservados a los hombres. De la mano de un personaje fascinante, con toda una serie de facetas ocultas, o más bien disimuladas a duras penas: Peggy. A través de su mirada descubrimos una sociedad profundamente machista, pero en la que ya se deja entrever un cambio que sin duda se debe a mujeres como ella. En apariencia frágil, tímida y complaciente; ya en la primera temporada se advierte que hay más, mucho más.

Mujeres como Betty, la mujer de Don, profundamente insatisfecha aunque sin ser muy consciente de por qué. El ama de casa de los suburbios, que no se conforma con el papel que le ha sido asignado, desconcertada porque la vida a la que siempre aspiró ha resultado ser un cúmulo de tópicos y lugares comunes que en modo alguno quiere visitar. 

Mujeres como Joan, la jefa de secretarias de Sterling Cooper, que, pese a creerse profundamente liberadas y fuertes, en realidad contribuyen a engrasar la maquinaria de una sociedad machista que las considera poco más que objetos. 

Es curioso, ¿verdad? Mi visión de una serie centrada en un hombre, en un universo de hombres, se explica a través de las mujeres. Quizás porque el propio protagonista lo siente así. Aún me queda mucho por descubrir en Don Draper, pero ya intuyo una fortaleza que no es tal, una personalidad más que dependiente y una relación con las mujeres que esconde mucho más de lo que a simple vista parece ser el fruto de su tiempo. 

Estoy deseando descubrir más, y presiento que, tal y como me ha ocurrido con la primera temporada, me entusiasmará tanto como para compartirlo aquí, en el rincón que reservo para las cosas que llenan mis momentos. Mi recomendación hoy: si no habéis visto la serie, tenéis que hacerlo. Sumergíos de lleno en su ambiente, coged de la mano a Don Draper y descubrid su mundo con él. Para los que ya lo conozcáis, intentad ver de nuevo la primera temporada disfrutando de los detalles; es una serie que admite, incluso aconseja, una segunda visión: el personaje de Don nos absorbe de tal forma que es posible que descuidemos el escenario en el que se mueve, que es digno de ser admirado detenidamente.

Os dejo con una frase que os transportará de un golpe al mundo de la publicidad, a la sociedad de los años 60 y a la personalidad del protagonista de la serie, Don Draper: "Lo que llamas amor fue inventado por tipos como yo para vender medias".




1 comentario:

  1. Qué nostalgia leerte! Don Draper, epicentro de todo lo que ocurre en torno a los tipos locos de la gran manzana. Qué ganas de que sigas avanzando y que sigas compartiendo con nosotros esta serie.

    ResponderEliminar