Un momento de película: 10.000 kilómetros

miércoles, 2 de marzo de 2016

¿Y si un buen día a tu pareja le ofrecieran una oportunidad en su trabajo/pasión única e irrepetible? La respuesta emocional es clara: sentirías alegría, orgullo. Pero ¿qué ocurre cuando esa oferta implica un cambio de residencia a, digamos, diez mil kilómetros, durante un año? Ahí ya entran en juego otras emociones, ¿verdad?

Esta es la premisa de la película 10.000 kilómetros, dirigida por Carlos Marques-Marcel y protagonizada por Natalia Tena y David Verdaguer. Complicada en cierto modo con un elemento adicional que es que la pareja había decidido tener un hijo, y digo en cierto modo porque no me parece que sea un elemento esencial, al menos inicialmente. 


Durante los 98 minutos de duración de la película, pasamos de ser meros espectadores a identificarnos con los protagonistas. Somos, según en qué momento, él o ella; entendemos al uno, juzgamos al otro, nos enfadamos con los dos. En realidad, aplicamos lo que vemos a nuestra propia vida; a todos nos gustaría ser tan generosos y seguros de nosotros mismos como para que la distancia, física y en ciertas ocasiones emocional, no fuera un problema, pero lo cierto es que lo es. 

Tengo que reconocer que los primeros quince minutos estuve a punto de dejar de verla. Quizás sentía que no era el momento de verla; al fin y al cabo cualquier manifestación artística, ya sea cine, literatura, pintura... tiene la capacidad de conectar con nuestras más íntimas emociones, de despertar sentimientos y de remover conciencias.  Hay momentos en los que estamos preparados para ello, dispuestos a sentir la sacudida correspondiente, y hay otros en los que no. No obstante, es precisamente esa capacidad la que en mi opinión nos permite elegir entre una película u otra, un libro u otro, lo que marca nuestros favoritos y lo que debería llevarnos a ser más cautos con la calificación de lo que es arte y lo que no. Al fin y al cabo, el arte, por definición, es subjetivo; ¿quién soy yo para decir que lo que a ti te provoca incomodidad, tristeza, alegría o cualquier otra emoción, no lo es?

Una vez superado ese momento, tengo que decir que la historia me atrapó. Probablemente tiene mucho que ver el ambiente íntimo, a ratos incluso opresivo. Un argumento que en teoría parece previsible, manido y tópico, se transforma ante nuestros ojos en algo fresco, visto desde una perspectiva que no es fácil de transmitir: el interior de una pareja. La historia va creciendo en intensidad, de tal forma que por un momento, nos transformamos en los protagonistas, elegimos, quizás incluso juzgamos, y tras el desenlace final, comprendemos, perdonamos y recordamos que "esa persona podría fácilmente ser yo". 

Y nos demuestra, una vez más, que no hay buenos y malos; que todo es cuestión de profundizar y ver que no hay una forma correcta de hacer las cosas a priori; es la experiencia la que nos hace sabios, y lamentablemente, la primera vez que nos ocurre algo, carecemos de ella. Es fácil, muy fácil, situarse en un pedestal de superioridad desde nuestra (por ahora) confortable y cómoda rutina, y erigirnos en jueces, sin conocer la situación y sin tener en cuenta que quizás lo que consideramos un error garrafal es consecuencia del miedo, o que la actitud que admiramos no es otra cosa que conformismo. Lo cierto es que la vida suele tender a ponernos a cada uno en nuestro sitio, y a demostrar que, por suerte o por desgracia, todos somos humanos. 

Por eso, porque muchas veces olvidamos el esfuerzo que requiere una relación, ya sea de pareja, de amistad o de familia, porque es conveniente de vez en cuando poner a prueba nuestras más íntimas convicciones, 10.000 kilómetros es una película no sólo recomendable, sino según el momento de nuestra vida o nuestro estado emocional, puede ser incluso necesaria. Una película que puede llevar a largas conversaciones o a solitarias reflexiones, pero que en todo caso, no nos dejará indiferentes. Que es de lo que se trata; de no pasar por la vida de puntillas, de tomar decisiones, de equivocarnos y de aprender de nuestros errores. ¿Nos atrevemos?

1 comentario:

  1. Jajaja, buenisimo el artículo Me río porque la paré cuando llevaba 15 minutos y me puse otra. Con éste enfoque intentaré verla de nuevo. Enhorabuena.

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