Irène

miércoles, 10 de febrero de 2016

La entrada de hoy debía haber sido la entrada de ayer, y el tema diferente, pero este fin de semana se cruzó en mi camino "Iréne", de Pierre Lemaitre, (editorial Alfaguara negra), y desde prácticamente la primera página, supe que en el momento en que lo terminara, tenía que escribir sobre él. 


Recordaréis al autor porque ya hemos hablado de otro de sus libros, "Vestido de novia", que fue el motivo de que el viernes pasado eligiera "Iréne" en la estantería de la librería. Recordé que el primero de ellos me sorprendió; una historia bien elaborada, sin cabos sueltos, que mantiene el suspense a lo largo de toda la novela y que no defrauda en el final. 

Esperaba, por tanto, algo similar a "Iréne". Me apetecía leer algo que me entretuviera, una historia bien contada, intriga y acción con un argumento poco convencional, fundamentalmente. Pero me encontré más. Mucho más. 

"Iréne" es el primer libro de la serie protagonizada por el inspector Camille Verhoeven, quien encabeza un equipo de policías que se enfrentan a una serie de crímenes no aptos para estómagos delicados. Eso, y sólo eso, es lo que quiero desvelaros del argumento, porque es uno de esos libros a los que hay que enfrentarse, más que disponerse a leer; sumergirse en él y pensar que es muy probable que su protagonista termine acompañándonos durante más tiempo del previsto. 

Y es que quiero seguir conociéndolo. Quiero saber hasta dónde Lemaitre va a llevar a su personaje, qué le permitirá hacer y qué estará vedado. Porque desde que comencé el libro, la historia me mantuvo alerta, intrigada, deseando volver a ella, pero sin duda fue Camille, con su toque de atipicidad, su perspicacia a lo Sherlock y su aparente normalidad, (que no vulgaridad), quien me condujo por todo el libro, sin permitirme apartar los ojos de él. 

Camille es más de lo que muestra. Y no creo que la intención del autor sea que lo conozcamos en este libro; hay más, mucho más, oculto tras su fachada de hombrecillo acostumbrado a las miradas de asombro. Y no me refiero a los momentos en que se muestra al hombre, (fundamentalmente a través de su relación con Irène, su mujer), y no al policía. Hay algo en él, una furia que se adivina contenida a lo largo de su existencia, que quizás tiene que ver con su físico y con un pasado que tampoco se nos revela en este primer libro. Laemaitre nos permite asomarnos por una rendija e intuir que, en algún momento, su realidad se romperá. Y nos situamos como espectadores de lo que está por venir, queriendo a la vez ver que sucede, y evitarlo. 

Lo acompañan un elenco de personajes que se definen en relación con él; lo complementan, sirven a sus propósitos incluso aun cuando es él quien termina por hacer de ellos lo que son. Como antagonista, un personaje perverso, sí, pero no sólo eso; sus acciones son inexplicables para una mente sana, ¿o quizás no? ¿Terminaremos considerándolo solo un enfermo, o hay algo más? 

Por si todo esto no bastara, a lo largo del libro hay numerosas referencias a la novela negra, con una lista de clásicos que puede dar origen a un debate que sólo se apunta en el libro, pero que sin duda existe. De momento, me quedo con las referencias de Lemaitre a otras obras, y con la posibilidad de una interesante conversación/discusión con aquellos de los que me rodean que lean el libro (¿no sería increíble poder tenerla con el autor?) acerca de la elección de las obras. Estoy segura de que alguno de los que me leéis está frotándose las manos ante la perspectiva. 

En definitiva, un libro que convierte al lector en espectador, y a la vez le otorga un papel protagonista; el de conocer, descubrir y quién sabe si identificarse con Camille, prolongando su misión más allá de la última página. Así, mi recomendación de hoy es que comencéis a conocerlo; estoy segura de que como en mi caso, vuestro próximo destino será el siguiente libro de la serie: "Álex". 


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