Adivina qué leemos hoy II

martes, 26 de mayo de 2015

Hoy, un retrato insuperable del Madrid de los años 40. Hoy, un escritor que sencillamente, deleita. Si abrir un buen libro es sumergirse en un mundo, una historia o un universo, abrir un libro de este autor es verse inmediatamente transportado a donde él nos conduce. Casi diría que bruscamente; incluso a veces, dolorosamente.

Un libro que es un referente por la forma de contar, de describir, de dibujar un retablo de personajes; no hay protagonistas, sino pinceladas de vidas, que a veces se cruzan y que en otras ocasiones transcurren paralelas: se requiere una lectura atenta, recreándose en los detalles, que son la esencia del libro. 

Si lo pensamos bien, es de lo que venimos hablando aquí cada día que nos encontramos: la vida no es sino una colección de momentos. Y eso es este libro, una suma de momentos, que forman una suma de vidas, que componen un escenario en el que asistimos, sin poder apartar la vista, a la fotografía de una sociedad en una época difícil, llena de miserias. El autor no nos ahorra ninguna de ellas; al contrario, dibuja unos personajes que viven, las más de las veces, muy a su pesar.

Y sin embargo viven. Y levantan la cabeza. Y se crecen en las dificultades. Historias corrientes, cotidianas, junto a auténticos dramas que sin embargo terminan por parecernos corrientes también. 

Y sobre todo, un maestro de la literatura. No creo que haya una novela que logre transmitir de este modo las miserias, alegrías y penas de una sociedad, de una época. Una novela que es puro cine: casi nos parece estar allí sentados, casi vemos a los personajes, percibimos las calles, las casas, el café de turno. 

Y sí, hoy toca averiguar de qué libro estoy hablando. Y una vez que lo averigüéis, releedlo. En un libro así, siempre hay cosas nuevas, o más bien, cosas que ya estaban pero que vemos, después de un tiempo, con otros ojos. Os dejo con uno de mis párrafos favoritos, que sin duda os va a dar la pista definitiva del libro que traigo hoy, y que demuestra, en unas pocas líneas, que su autor es un grande de nuestra literatura.

"La mañana sube, poco a poco, trepando como un gusano por los corazones de los hombres y de las mujeres de la ciudad; golpeando, casi con mimo, sobre los mirares recién despiertos, esos mirares que jamás descubren horizontes nuevos, paisajes nuevos, nuevas decoraciones.
La mañana, esa mañana eternamente repetida, juega un poco, sin embargo, a cambiar la faz de la ciudad, ese sepulcro, esa cucaña, esa colmena...
¡Que Dios nos coja confesados!"   

1 comentario:

  1. Me encanta leer tus "Adivina qué leemos hoy", con esa manera tan especial que tienes de acercarnos al libro sin descubrirlo del todo, mostrándonos lo especial que es para ti y lo especial que puede ser para nosotros, con la intriga de no conocer de qué libro se trata. Se ha convertido en mi sección favorita.
    Casi sin darte cuenta estás reuniendo una selección antológica de clásicos imprescindibles a los que todos deberíamos acercarnos en algún momento de nuestra vida. ¿A qué esperas para desvelarnos el misterio?

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