Un momento para el crimen

jueves, 19 de febrero de 2015

Aunque mi idea inicial al empezar con esta aventura del blog era escribir sobre libros (mi gran pasión), lo cierto es que en cuanto terminé la primera entrada (que sí fue sobre un libro, Memento mori, si recordáis), vi con claridad que ni siquiera yo, a pesar de ser tan aficionada a la lectura, llenaba mis momentos sólo con libros; al final los sentimientos, las emociones y los recuerdos me han ido guiando a través del camino que habéis compartido conmigo.  Puede incluso decirse que son las películas, música, libros… los que de algún modo me piden que cuente su historia, su intromisión, siempre recibida con agrado, en mi vida.

Hoy sin embargo, volvemos a los libros. La razón: acabo de terminar Crímenes Exquisitos, de Vicente Garrido y Nieves Abarca, y aunque últimamente la mayoría de los libros que han llegado a mi han sido de este género (con algunas excepciones que os contaré), y debería estar más que curada de espanto, lo cierto es que este libro me ha impactado. 

Lo primero, decir que no es apto para estómagos delicados, porque los crímenes están descritos con todo lujo de detalles; incluso para mi que como os digo últimamente me he curtido con este tipo de lecturas, ha habido fragmentos que han sido demasiado. Pero precisamente ésta me ha parecido una cualidad muy interesante: al fin y al cabo, ese “demasiado” lo ha creado mi imaginación, lo que significa que las descripciones están sumamente logradas. Así, el ambiente del libro te transporta a un plano oscuro, lóbrego,  con una acción trepidante, que corta la respiración y te encadena a sus páginas. 

He leído en alguna crítica que se destila maldad; yo hablaría más bien de perversidad en algunos personajes y de visión distorsionada de la realidad en otros. Es la línea, no siempre fácil de comprender en los que somos profanos en la materia, entre lo que es una mente enferma y una mente retorcida. Sigo no obstante a la búsqueda de un personaje protagonista "bueno" que acabe de convencerme.

Y vamos con las sensaciones; transmitiros qué ha provocado en mi interior se está convirtiendo en el verdadero motor de estas líneas. En este caso, hablaría de desazón, de asombro por los límites que es capaz de traspasar una persona, de la falta de moral que se respira en algunos personajes. El “todo vale” en su máximo exponente. Y sobre todo, miedo, inquietud, incluso angustia en algunos pasajes; como guiño curioso, el arte prerrafaelita está muy presente en la obra y las descripciones de los cuadros son tan detalladas que casi me parecían palpables. 

Un libro que podemos reservar para determinados momentos; desde luego es sumamente adictivo y la historia os enganchará. 

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