Morriña

jueves, 5 de febrero de 2015



Se que el título de la entrada de hoy no aclara mucho, la intención es esa puesto que es una "medio sorpresa", si seguís leyendo lo entenderéis.

Hoy voy a tratar de transmitiros mis sensaciones acerca de una ciudad muy especial para mi: Santiago de Compostela. Especial porque viví allí hace ya unos cuantos años (me sigue sorprendiendo cuántos!), pero también porque lo es, sin más. Especial, mágica, única. Siempre me preguntan cuando digo que viví allí que si no era muy triste, siempre lloviendo; y habitualmente respondo lo mismo: qué sería Santiago sin lluvia? Para mi es precisamente lo que le da una aspecto señorial, distinguido, pero también íntimo y reconfortante.

No trata esta entrada de recomendaros sitios que visitar o lugares donde comer o alojarse, primero porque seguramente muchos de los que conocí no seguirán allí, y segundo porque lo que quiero provocar es el deseo de visitar la ciudad los que no la conozcáis, de volver a ella con ojos diferentes, los que sí. En familia, con amigos, en pareja, incluso en un viaje en solitario: os animo a que lo hagáis y que encontréis vuestro lugar especial; Santiago es así, cada uno encontrará su rincón, su sitio al que volver una y otra vez con el pensamiento "en ese momento del día".

Y termino con la sorpresa anunciada: hoy es el cumpleaños de una de mis más antiguas y queridas amigas. Vive allí, y allí compartimos nuestra infancia en el mismo cole en el que ella ahora es profesora. Es de esas personas que sencillamente, están ahí. Yoli, espero que cumpras moitos mais, e tamén espero que non esquezas que por moito tempo que pase, sempre terás o teu lugar na miña vida.

1 comentario:

  1. Agora entendo, Anabel!

    Non sei se é a idade ou que os 40 chegan con moita sensibilidade… pero esta entrada de hoxe, morriñenta, nunha tarde regalada de sol que en Santiago remata con choiva da que encandila, conseguiches arrancar bágoas dos meus ollos!
    Un privilexio poder compartir lembranzas dunha cándida infancia xuntas: no colexio, no patio partidas de brilé, en clase con S. Mª Antonia coas nosas voces e guitarras, festas de cumpleanos, en lengua e en lingua, aprendendo a despexar a incógnita desa ecuación da nosa vida vivida xuntas…

    Anos máis tarde, unha adolescencia en aulas separadas (que trauma recordo!) nun ambiente distinto pero igual de vivo e intenso, onde seguiamos cantando e contando cada unha coa outra… É aí cando chega o momento da volta a túa terra manchega. Castellanos de Castilla tratade ben aos galegos: así o fixeches tal e como dicía Rosalía…Teño perfectamente ese recordo na miña memoria: era 2º BUP (pasaron 25 anos!) Era o momento da nosa separación física, pero é a partires de aí, cando se fai consciente que ao longo da nosa vida, en momentos tanto doces como amargos, seguimos contando cunha amizade antiga, querida e perenne, das que paga a pena, e que endexamáis esquecerei!

    Deixo agora por escrito, ante todos os testemuños que faga falla, que nestes meus 40 (e próximos teus), me comprometo a buscar un día, un lugar, un “en ese” momento dun día, no que nos atopemos, será no teu SANTIAGO querido ou en Pekín, pero será!
    Un bico e aperta garimosa, amiga!

    P.D: este blog cuenta de traductor inmediato cuasi-simultáneo para todo aquel que demande una traducción galego-español, no tenéis más que decírmelo!

    ResponderEliminar