Un momento a lo grande: Vacaciones en Roma

viernes, 27 de febrero de 2015

Si hablo de Audrey Hepburn (cómo no), Gregory Peck, una vespa por las calles de Roma... A que ya sabéis de qué trata la entrada de hoy? 

Vacaciones en Roma es una película que produce un efecto sorprendente por lo común: si la mencionas a alguien que la haya visto, automáticamente sonríe (haced la prueba). He pensado mucho en cómo enfocar esta entrada, hasta que me di cuenta de que las emociones que me transmitió las tengo tan frescas como la primera vez que la vi, y asociadas a cada imagen que quedó grabada en mi recuerdo.

La primera que me viene a la cabeza es la de Gregory Peck y Audrey Hepburn en la Vespa. Él, con una media sonrisa, la viva imagen de la seguridad, la confianza, encuentra el complemento perfecto en una Audrey que se muestra encantada, sorprendida, encandilada con la emoción de las cosas por descubrir, y perfectamente consciente de que es mucho más que una ciudad lo que está conociendo. Hay que decir que cada uno de ellos da lo mejor de sí en esta película, y eso, en el caso de estos dos grandes del cine, es mucho decir. 

La segunda, Gregory Peck fingiendo que se ha quedado sin mano en la Boca de la Verdad. La imagen perfecta de una felicidad que se sabe efímera, del "carpe diem", del disfrutar de ese momento sin pensar en nada más. 

La imagen del baile. En la calle, entre luces y gente anónima. Un momento para disfrutar, de esos que estamos aprendiendo que sin ser algo importante y señalado sí conforman recuerdos, sí construyen una vida.

En general es una de esas películas que consiguen atraparte; no es fácil que el espectador sea algo más que un simple testigo, pero lo cierto es que los actores, las localizaciones, el argumento... consiguen que te olvides de que estás en el sofá de tu casa. Imaginaos hasta qué punto me influyó esta película que cuando tuve oportunidad de ir a Roma conocí la ciudad con estas imágenes en mi cabeza.

Una película perfecta para este blog, una enseñanza perfecta entre líneas, más allá de la historia de la princesa en la jaula de oro; hay que arriesgarse, es fundamental para ser feliz. El esfuerzo, las obligaciones del día a día, la responsabilidad, son parte de nuestra vida y de nuestra personalidad. Pero siempre hay que ir un poco más allá, porque también para buscar la felicidad hay que esforzarse. Estar atento a los detalles, dar importancia a las pequeñas cosas, a una sonrisa, una conversación; cuidar a los que día tras día están a nuestro lado. 

Y amontonar recuerdos que nos ayuden a sobrellevar esos días en que todo cuesta un poco más. Sin dejarlo ni un minuto más, desde este momento en el que estáis leyendo.  

Última sesión, Marisha Pessl

miércoles, 25 de febrero de 2015



Cierro el libro e inmediatamente me pongo a escribir. Emociones intensas, a flor de piel, en un libro que desde el inicio me atrapó. Llegué a él por casualidad, a través de una recomendación en Twitter, y me intrigó la trama: la desaparición de la hija del enigmático director de cine Stanislas Cordova, investigada por el periodista Scott McGrath. Hasta aquí, nada nuevo. 

Pero empezar a leer es no poder parar. Cordova no solo está recluido en la enorme finca familiar desde hace años, sino que sus películas ya no se pueden ver mas que en proyecciones secretas, anunciadas de forma que sólo los "cordovitas" auténticos pueden acceder a esa información. Las escasas copias que circulan son celosamente custodiadas; no hay forma de saber en qué consisten o qué muestran aunque dicen que quien acude a esas proyecciones no vuelve a ser el mismo...

Scott McGrath, que vivió un descenso a los infiernos profesionales debido a un falso rumor que propagó sobre Córdova, se ve atrapado en una investigación que teme y desea a la vez, acompañado de dos accidentales compañeros que son más de lo que parecen ser. 

Flotando sobre todos ellos, Ashley Cordova, la desaparecida. Una búsqueda en la que quizás encuentren más de sí mismos de lo que imaginan.

No voy a desvelar más del argumento, porque definitivamente lo que más me ha gustado de este libro es la sorpresa. Os recomiendo que si os decidís a leerlo no busquéis nada más sobre él; empezadlo, dejaos guiar por sus páginas, fijaos en los detalles. Una trama original, atrayente y un ambiente que oscila entre lo mundano y lo oscuro. 

Me llegué a identificar tanto con el personaje de McGrath que incluso en alguna ocasión me anticipaba a su reacción. El personaje está en un momento vital de una pasividad absoluta; lentamente vamos asistiendo a su reincorporación al mundo. Es un personaje muy creíble, y que representa un aspecto que yo creo que todos hemos sentido o podemos llegar a sentir en algún momento: ese pasaje de tu vida en que te ves atrapado, incapaz de avanzar, hasta que esos recursos que afortunadamente tenemos, nos muestran el camino.

Leyendo el libro sentí la oscuridad como algo palpable, tuve miedo de lo que se esconde entre líneas; estaba allí, junto a los personajes, asistiendo a su evolución pero sintiéndola a la vez. 

El leer últimamente libros como los magníficos Memento Mori, de Gellida, o Crímenes Exquisitos, de Nieves Abarca y Vicente Garrido, me llevó hasta el que os traigo hoy a pesar de que me había hecho el firme propósito de cambiar de género en el siguiente. El problema es que mientras leo me pregunto qué voy a descubrir en Dies Irae o de qué serán capaces Abarca y Garrido en Martyrium, así que necesito volver a ellos y compartirlo aquí.

Para terminar, y dado que hasta el día de hoy hemos descubierto juntos temas de lo más variado, me gustaría vuestra opinión acerca de cuáles os han interesado más, si os ha servido para llenar alguno de vuestros momentos, qué habéis echado de menos... Muchos de vosotros me escribís a través de Facebook; podéis hacerlo ahí, en Twitter (@elmomentoprfect), en mi mail anabelvg@hotmail.com o aquí en comentarios. Y sobre todo muchísimas gracias por vuestro apoyo, aun sigo sorprendida de los mensajes de aliento y del interés que mostráis. 

Una cosa más: de la aventura de la entrada de ayer... Ya hablaremos ;)

Un momento de ficción (I)

martes, 24 de febrero de 2015



5.27. Y sabía que no iba a ser capaz de dormir ni un minuto más. Jodido insomnio. Jodida vida. En la cama aún se percibía la huella de... ¿cómo coño se llamaba?... Qué más da. La última rubia, como en la canción de Loquillo. Me reí de mi propio chiste, y mi carcajada rompió el silencio, absoluto gracias al aislamiento especial que se suponía iba destinado a evitar las insidiosas intromisiones de los vecinos quejándose del ruido... Ruido... Últimamente alguna noche volvía a casa acompañado, pero aborrecía cada minuto que compartía con alguien, me recordaba...

Me sobresaltó el oír los primeros acordes de Distancia prudencial, la canción que nos hizo famosos, la que yo creía mía, cuando en realidad había sido siempre suya. En la pantalla, Quim. Qué coño querrá ahora.
- Son las 5 de la mañana - dije con toda la calma que no sentía. Quería estar solo con mis pensamientos, machacarme y perderme en la conmiseración. Hundirme en mis miserias.
- Lo sé Fran, tío. Pero tengo algo grande, muy grande. Hizo una pausa, esperando mi reacción, pero ni siquiera era capaz de fingir el menor interés por nada desde hacía un tiempo. Dos años, tres meses y seis días de la nada más absoluta.

Quim pareció percatarse de que no tenía la menor intención de animarlo a proseguir, así que decidió ir al grano: -Ha vuelto.

No necesitó añadir nada más. Fingiendo una serenidad que no sentía en absoluto, pregunté -¿Quién?. No me contestó. Incluso me pareció percibir un resignado suspiro, como quien se enfrenta a un niño malcriado y continuamente enfurruñado.

- ¿Cómo te has enterado?
- La vi tío. La vi. En el Cote. Esta noche. Se fue enseguida, me dijo que acababa de llegar y...
- ¿Preguntó por mi?
- Hablamos muy poco, tenía prisa
- ¿Preguntó por mi?
- No

Sabía la respuesta antes de hacer la pregunta, pero necesitaba oírla. No. No. No. Era lógico, desde luego. Yo la había alejado de mi, yo había logrado poco a poco convertir esa eterna sonrisa en una especie de mueca irónica que me servía de permanente recordatorio de mis errores. Excepto cuando me miraba a mi. No soportaba esa mezcla de rabia, impotencia, decepción, de dolor.

- Ha cambiado de numero. Espera q llaman a la puerta, te lo paso por whatsapp.

Colgó sin que tuviera tiempo de decir nada, y a los cinco segundos sonaba el tono de mensaje. ¿Qué iba a hacer? Había esperado y temido tanto este momento.

Lo cierto es que la inspiración, la música, me abandonó en cuanto ella se fue. En su momento, no me importó. Creí que iba a llenar su espacio con facilidad, al fin y al cabo, mi trabajo me absorbía de tal modo que no había sitio para nada más. La liberación que trajo consigo su marcha, las ataduras que yo pensaba que, una vez rotas me iban a permitir dedicarme en cuerpo y alma a componer, a volcarme en la música y a liberar mi mente de todas lo superfluo, todo lo que no fuera aquello para lo que había nacido, mi vocación, resultaron ser lo que mantenía la unidad de cuerpo y espíritu que necesitaba cualquier persona para simplemente, ser. Estaba vacío.

Me levanté.

El momento para Antonio Vega

lunes, 23 de febrero de 2015

Empezamos la semana con nuevas sugerencias para la banda sonora de nuestros momentos. Un compositor que a través de sus canciones nos convierte en espectadores de una vida que encontró su forma de expresión, su vía de escape, en la música: Antonio Vega.

Sus canciones forman parte del recuerdo de varias generaciones. Es el caso de La chica de ayer, (Nacha Pop), basta oír su comienzo para trasladarnos a otra época de nuestra vida, creo que es la canción que más nostalgia produce de una forma tan generalizada. 

Puedo hablar de las sensaciones que me produce escuchar a Antonio Vega, de los recuerdos y de los sentimientos que provoca, pero sin duda aproximarse a su música siempre me ha parecido una puerta que él abrió a su mundo de emociones. Me siento, como decía al principio, espectadora, mirando a un escenario en el que una persona frágil en apariencia, sensible y extremadamente tímida me ofrece, me canta, retazos de su vida. De lo que para él supone su vida. Y yo me estremezco con él, lloro con él y recuerdo con él, sin poder intervenir, en silencio, absorbiendo cada una de sus experiencias y procurando que su dolor no me alcance, sin conseguirlo. 

"Me da miedo la enormidad
donde nadie oye mi voz" (Lucha de gigantes - Nacha Pop)
Quién no se ha sentido así alguna vez. Cómo no entender esa sensación, cómo no imaginar que alguien de una sensibilidad tan extrema se pueda ver superado por su talento, que por un lado lo lleva a ser grande, a sentirse grande, y por otro a sentir el temor de que de repente todo desaparezca, a la soledad, al rechazo.

"No perdería jamás
la oportunidad de buscar en los cajones 
un recuerdo que amar.
Esa sensación de encontrarme 
con las cosas por segunda vez." (Esperando nada)
La inspiración, los rincones de la memoria, del alma, de allí donde se acude en busca de ese recuerdo a partir del cual se crea, se compone, se transmite. Siempre que escucho este fragmento  imagino la vida exactamente así, una suma de recuerdos que amar, que vamos creando y a los que acudimos cuando nos sentimos perdidos, cuando necesitamos consuelo.

"Se dejaba llevar, 
se dejaba llevar por ti, 
no esperaba jamás 
y no espera sino es por ti, 
nunca la oyes hablar, 
solo habla contigo y nadie más, 
nada puedes sufrir 
que no sepa solucionar." (Se dejaba llevar)
Bellísima letra con una música estremecedora, en la única canción en que se refiere a su adicción a la heroína. Nos deja entrever lo que fue uno de sus grandes demonios, quizá el mayor. Paradójicamente escucharla me da una sensación de serenidad, quizás porque transmite aceptación de una situación y la valentía de compartirla.

"Donde se creó la primera luz
donde germinó la semilla de cielo azul
volveré a ese lugar donde nací." 
Mi favorita ya desde el título, redondo, perfecto: El sitio de mi recreo. Ese lugar a donde volver una y otra vez, entendido como lugar físico, puesto que todos tenemos algún sitio nuestro, especial, que instantáneamente nos hace sentir que hemos llegado, pero también entendiendo lugar como aquellos pensamientos, recuerdos o momentos que constituyen nuestro hogar espiritual, el refugio en nuestra mente. 

Os propongo que os asoméis hoy a este escenario lleno de emociones, que os convirtáis en los destinatarios de una vida, en los espectadores a los que se dirigió y con los que compartió su música, sus sentimientos y en definitiva, sus momentos. Os dejo con mi momento preferido de Antonio Vega.

"De sol, espiga y deseo
son tus manos en mi pelo
de nieve huracán y abismos
el sitio de mi recreo..."

Y para el fin de semana... más momentos en serie

viernes, 20 de febrero de 2015

Lo que hoy voy a compartir aquí, con vosotros, como sugerencia para esos momentos que ya empiezan a convertirse en ese "algo" especial que tenemos a medias, como un maravilloso secreto compartido y susurrado a voces, no es solo una serie de televisión. Es MI serie de televisión; los que me conocen bien no necesitan más para saber cuál es, e incluso estarán empezando a sonreír y a asentir con la cabeza sin darse cuenta, pensando "ya me estaba extrañando que no hubiera hablado de ella".

Si me seguís desde el principio ya habéis descubierto mi afición por el misterio, la intriga, los crímenes. Con estos ingredientes, cual podía ser mi serie favorita sino Se ha escrito un crimen... Lo habíais adivinado? 

Comenzamos por el principio: la sintonía. Pegadiza, reconocible y en mi caso, solamente el escucharla me pone de buen humor. Probad a hacerlo; estoy segura de que os traerá algún recuerdo. Aparece, como no, la Sra. Fletcher; la gran Angela Langsbury, magnífica actriz, que en esta serie logra provocar sensaciones tan dispares como la irritación, (sí, en ocasiones la curiosidad se convierte en fisgoneo e irrita tanto a aquellos a los que investiga como al espectador; sin duda exactamente el efecto que se pretende), la admiración, el interés y la ternura. Aún recuerdo el primer episodio, que vi hace pocos años, después de haber visto casi todos los demás; se nos presenta como una viuda solitaria que empieza a escribir tras la muerte de su marido por entretenerse, como un hobby; su sobrino, sin su consentimiento, manda un manuscrito a una editorial y ahí empieza la historia. Y también empieza a aumentar de manera significativa el índice de criminalidad de Cabot Cove.

Precisamente otro de los aspectos que me atrapan de esta serie son las localizaciones en los episodios que se desarrollan en el pueblecito donde vive la Fletcher: Cabot Cove. Las calles, el puerto, la gente, que episodio a episodio vamos conociendo hasta que conoces a prácticamente todos sus habitantes. Seth, el médico gruñón, Amos, el sheriff en las primeras temporadas, Jeff, el sobrino de Jessica (que tiene una novia en cada episodio al principio)... Seguís recordando, a que sí?

La casa de Jessica, tan acogedora, llena de libros; tengo que confesar que alguna vez he pensado en que mi casa fuera exactamente así, máquina de escribir incluida. Como veis, es algo más que una serie; es un conjunto: música, lugar, hogar, amigos.

No dejo de lado las tramas, desde la primera vez que la vi, jugando a adivinar primero quién iba a ser asesinado (estaba claro desde prácticamente la primera imagen) y a continuación al asesino, sintiéndonos un poco detectives, como la Fletcher. Y el momento en el que desgranaba cómo había descubierto al criminal, pequeñas pistas que como migas de pan había ido dejándonos desde el principio del episodio.

No necesito deciros las emociones que produce en mi; creo que cada línea de esta entrada lo deja entrever. Y también está clara la propuesta de hoy: vedla de nuevo. Recuperad esos recuerdos y dejad un poquito de espacio para la nostalgia. 

Nada más y nada menos. El lunes volveremos a encontrarnos; siempre, claro está, en ese momento del día. 

Un momento para el crimen

jueves, 19 de febrero de 2015

Aunque mi idea inicial al empezar con esta aventura del blog era escribir sobre libros (mi gran pasión), lo cierto es que en cuanto terminé la primera entrada (que sí fue sobre un libro, Memento mori, si recordáis), vi con claridad que ni siquiera yo, a pesar de ser tan aficionada a la lectura, llenaba mis momentos sólo con libros; al final los sentimientos, las emociones y los recuerdos me han ido guiando a través del camino que habéis compartido conmigo.  Puede incluso decirse que son las películas, música, libros… los que de algún modo me piden que cuente su historia, su intromisión, siempre recibida con agrado, en mi vida.

Hoy sin embargo, volvemos a los libros. La razón: acabo de terminar Crímenes Exquisitos, de Vicente Garrido y Nieves Abarca, y aunque últimamente la mayoría de los libros que han llegado a mi han sido de este género (con algunas excepciones que os contaré), y debería estar más que curada de espanto, lo cierto es que este libro me ha impactado. 

Lo primero, decir que no es apto para estómagos delicados, porque los crímenes están descritos con todo lujo de detalles; incluso para mi que como os digo últimamente me he curtido con este tipo de lecturas, ha habido fragmentos que han sido demasiado. Pero precisamente ésta me ha parecido una cualidad muy interesante: al fin y al cabo, ese “demasiado” lo ha creado mi imaginación, lo que significa que las descripciones están sumamente logradas. Así, el ambiente del libro te transporta a un plano oscuro, lóbrego,  con una acción trepidante, que corta la respiración y te encadena a sus páginas. 

He leído en alguna crítica que se destila maldad; yo hablaría más bien de perversidad en algunos personajes y de visión distorsionada de la realidad en otros. Es la línea, no siempre fácil de comprender en los que somos profanos en la materia, entre lo que es una mente enferma y una mente retorcida. Sigo no obstante a la búsqueda de un personaje protagonista "bueno" que acabe de convencerme.

Y vamos con las sensaciones; transmitiros qué ha provocado en mi interior se está convirtiendo en el verdadero motor de estas líneas. En este caso, hablaría de desazón, de asombro por los límites que es capaz de traspasar una persona, de la falta de moral que se respira en algunos personajes. El “todo vale” en su máximo exponente. Y sobre todo, miedo, inquietud, incluso angustia en algunos pasajes; como guiño curioso, el arte prerrafaelita está muy presente en la obra y las descripciones de los cuadros son tan detalladas que casi me parecían palpables. 

Un libro que podemos reservar para determinados momentos; desde luego es sumamente adictivo y la historia os enganchará. 

Un momento para reír

miércoles, 18 de febrero de 2015

Siempre necesitamos reír. Incluso cuando estamos llenos de tristeza, especialmente cuando estamos llenos de tristeza; la risa brota muchas veces aun a nuestro pesar, y desde luego que todos hemos experimentado el poder curativo de la risa. Hoy os traigo precisamente eso: una dosis de alegría, frescura, de risa, de carcajada. Una película para esos momentos en que la vida nos pesa.

Hoy comparto con vosotros la que sin duda alguna es una de mis películas preferidas: Su juego favorito. Director, Howard Hawks, lo que ya basta para arrellanarnos en el sillón y prepararnos a disfrutar. Protagonistas, Rock Hudson (Roger) y Paula Prentiss (Abigail). Roger trabaja en una tienda de deportes, en la sección de pesca, que es todo un éxito entre los aficionados a ella gracias a sus expertos consejos, y a los libros que sobre el tema ha escrito y Abigail, publicista, propone al jefe de Roger que para promocionar la tienda, Roger participe en un renombrado concurso de pesca. Y como decía cierta presentadora, hasta aquí puedo leer.

Rock Hudson está inmenso, conforme va avanzando la película en cada gag se crece, nos hace primero sonreír, después reír y finalmente terminar a carcajadas; se desenvuelve como pez en el agua (nunca mejor dicho) en este papel, que parece hecho a su medida, o más bien él está hecho para cualquier papel. El galán cómico (con permiso de Cary Grant).

Paula Prentiss no se queda a la zaga, muy en su papel de "mujer moderna", fuerte, profesional, que sabe lo que quiere; complemento perfecto de Hudson, una actriz que en esta película deslumbra. El elenco de secundarios, brillantísimo; y atención a la música de Henry Mancini, decidme si no es, sencillamente, perfecta.

He visto esta película innumerables veces, la mayoría, si no todas, con mi hermana, y muchas de ellas con mi padre, de forma que está ligada a momentos muy felices y a recuerdos que llevo conmigo: las carcajadas de mi padre en las escenas en que aparece el jefe indio, las de mi hermana justo en las mismas escenas que las mías, como siempre. Me provoca serenidad, paz y un sentimiento de "estoy en casa". 

Y de eso es de lo que se trata; como siempre, reservadla para uno de vuestros momentos, será fácil porque siempre hay un hueco para la alegría; descubrid los sentimientos que os provoca; conservad como un tesoro los buenos ratos que os hará pasar, la vida, al final, la vamos construyendo a base de dar importancia a estas pequeñas cosas.


Un momento en la ópera

martes, 17 de febrero de 2015

Hoy os propongo un reto: leer este post hasta el final. El motivo? Muy sencillo: hoy vamos a aproximarnos juntos a la ópera. Y sé positivamente que la tentación de decir "qué rollo, no sigo leyendo" será muy fuerte; dadle una oportunidad. Como en todo, hay muchas perspectivas desde las que abordarla y ya sabéis que aquí lo que trato es de transmitir sensaciones, llenar momentos, dar una vuelta de tuerca a nuestros puntos de vista.

Tengo que decir que no soy una gran aficionada a la ópera, en realidad me interesa, por encima de todo, la historia que hay detrás. Y siempre me ha llamado la atención el drama que subyace en la mayoría de las óperas conocidas; alguna de ellas me ha producido un sentimiento de congoja muy intenso, como es el caso de la que os quiero sugerir hoy: Madama Butterfly.

La historia es trágica, bellísima y tan atrayente que es imposible no sentir algo profundo al conocerla. Pinkerton, un americano destinado en Japón, a través de un casamentero se prepara para contraer matrimonio con una geisha (Butterfly), aunque su intención desde el principio es que sea algo temporal, gracias a las laxas leyes en materia de divorcio japonesas; a la larga, quiere encontrar "una buena americana". Este engaño, unido al carácter dulce, sensible y a la completa entrega de la geisha, que incluso renuncia a su religión y es repudiada por su familia por ello, es el caldo de cultivo perfecto para un desenlace previsible pero no por ello menos triste: el americano la abandona, y ella, convencida de que va a volver, sumida en la pobreza y con un hijo que él ni siquiera ha llegado a conocer, no pierde la esperanza; se enfrenta a cuantos quieren convencerla de que no regresará y espera, simple y llanamente espera. 

Finalmente, él vuelve casado con otra, Kate, para llevarse a su hijo. La protagonista, que inicialmente cree q regresa a ella, engalana la casa, para finalmente descubrir la verdad. Desesperada, y tras despedirse de su hijo (estremecedor) pone fin a su vida, que para ella no tiene ningún sentido sin él. 

Esto es lo que quiero compartir hoy con vosotros: escuchad ahora un fragmento, por ejemplo la célebre aria "Un bel di vedremo...", en la que la geisha se muestra firme y convencida de que su amado regresará. Pensad en ese momento de la historia, escuchad la firmeza, la ingenuidad sabiendo que no durará, que ese alma se va a romper en mil pedazos cuando la esperanza muera. O "Tu, tu..." en la que se despide de su hijo, llena de dolor. Buscad la traducción, conoced a fondo la historia, dejaos llevar por la emoción. Si ya la conocéis, escuchadla desde la perspectiva que os ofrezco hoy, si no, dedicadle uno de vuestros momentos; estoy convencida de que se convertirá en algo especial. 

Espero que el reto que os planteaba al principio haya merecido la pena; al menos habréis descubierto o recordado una bellísima historia que sin duda, llenará alguno de vuestros momentos.

En un momento... Sabina

lunes, 16 de febrero de 2015

Vamos a empezar la semana de una forma inmejorable: cantando y contando a Sabina. Siempre he pensado que Sabina se cuenta más que se canta; pura poesía, del amor y del desamor, de la belleza y del desengaño, pero todo con un punto de vista único, personal y muy directo. Tanto es así que mis fragmentos favoritos de sus canciones no coinciden necesariamente con aquellas que son mis favoritas; quiero pensar que se lo tomaría como un cumplido. Y en eso consiste la entrada de hoy: en momentos de Sabina. Os voy a dejar aquí los fragmentos que me emocionan, que remueven algo en mi interior. 

"Quién me ha robado el mes de abril
lo guardaba en el cajón
donde guardo el corazón."
De las canciones que conviene recordar; a menudo permitimos que alguien entre en nuestra vida y "nos robe el mes de abril", nos haga renunciar a una parte de nosotros, o dejar nuestra vida en suspenso. Guardamos el corazón, lo reservamos, cuando quien merece la pena, suma, no resta.

"Y la vida siguió
como siguen las cosas que no tienen mucho sentido
una vez me contó
un amigo común que la vio
donde habita el olvido."
Triste como pocas, pero de una belleza desgarradora. Donde habita el olvido, donde nunca nos gustaría estar. Vivimos para recordar, y a veces cuesta tanto olvidar para vivir...

"Por las arrugas de mi voz 
se filtra la desolación 
de saber q éstos son 
los últimos versos q te escribo, 
para decir "con Dios" a los dos 
nos sobran los motivos."
Siempre he pensado en este fragmento como un punto y final, pero con una dosis de dignidad. Por un lado desolación, por otro, los motivos. A quién no le han sobrado motivos alguna vez, y no ha tenido la valentía de decirlo, de gritarlo, de cantarlo.

"Fui al bar 
a la noche siguiente
a brindar con su silla vacía,
me pedí una cerveza bien fría
y entonces no se...
...si soñé o era suya la ardiente
voz que me iba diciendo al oído,
me moría de ganas, querido,
de verte otra vez."
Me emociona la canción, la historia que hay entre sus versos y sobre todo me llegó el reencuentro. Hay personas que marcan una vida en un solo momento.

"Y me envenenan los besos que voy dando
y sin embargo cuando duermo sin ti
contigo sueño"
La única entre mil, la esencia, la persona que hace que una casa sea tu hogar. No es precisamente fácil hacer que esta canción sea enternecedora; sin embargo, lo es.

"Mucho mucho ruido
tanto tanto ruido.
Tanto ruido y al final por fin el fin"
El ruido que no nos deja escuchar; el ruido que muchas veces preferimos oír para no ver. Siempre pienso que estos versos deberíamos tenerlos bien a la vista, para mirarnos más a los ojos y no perdernos en el ruido.

Podría extenderme todo lo que quisiera; prácticamente en cada canción de Sabina hay algo que marca, que deja huella. Tanto a aquellos de vosotros a los que os gusta como a los que no, os animo a escucharlo desde otra perspectiva, a abrir la mente y el corazón y enfrentaros a las emociones que descubre su poesía.

Os dejo con un fragmento que no necesita comentario; una definición perfecta y un sentimiento encerrado en unas cuantas palabras.
"Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren."


Momentos en red

viernes, 13 de febrero de 2015

Y llega el fin de semana, se abre ante nosotros un abanico de posibilidades, todo por hacer y mucho que llenar. Hoy voy a compartir algunos de los sitios que visito en la red, y que son una auténtica adicción por lo mucho que me ofrecen en cada visita.

En primer lugar, un rincón muy especial, en el que se habla de libros, se respiran libros y se sienten libros. En niundiasinlibro, cada día una reseña que es una auténtica joya; no sólo nos invita a leer el libro en cuestión sino que sus autores nos ofrecen pequeñas pinceladas de su vida, sus gustos literarios y sus pequeños momentos, siempre rodeados de libros. Gracias a ellos he descubierto editoriales, escritores, libros y más libros. Asomaos sin dudarlo porque os garantizo que vais a aprender, disfrutar y descubrir, qué más podemos pedir? 

Enlazando con lo anterior, gracias a ellos he descubierto la editorial Blackie Books, que ofrece un escaparate de auténticas sorpresas en cuidadísimas ediciones. Un paseo por la buena literatura y un millón de momentos escondidos. Solo deciros que mis más recientes adquisiciones son todas de esta página.

Cambiando de registro, Kireei. En cuanto te adentras, se abren los sentidos, se relaja la mente y descubres cada día pinceladas de mil pequeñas cosas, de esas que tienen toda la importancia del mundo y que nos maravillan y conmueven: ilustraciones, casas muy especiales, actividades para compartir en familia, libros (cómo no)... Todas las cosas bellas tienen cabida en esta página, que ya solo visualmente nos atrapa. 

Para acabar con buen sabor de boca y con mucho mucho humor, el blog Asesino en serie, en la página de El Mundo. Alberto Rey nos ofrece una crítica ácida, brillante y (casi) siempre coincidente con mis gustos "seriéfilos". Siempre le doy una oportunidad a las series que recomienda y miro con recelo las que no; le sigo en Twitter, donde os aseguro que cada tweet suyo me arranca una carcajada en los lugares más inverosímiles, cosa que a veces ha hecho que la gente me mire con desconfianza. 

Y así llegamos al final de esta segunda semana, tan satisfactoria como la anterior. He de decir que me están llegando muchas sugerencias de libros, música, películas y en general maneras de enriquecer nuestros momentos, disfruto tanto con vuestras recomendaciones como con los comentarios acerca de las mías. Nos vemos el lunes; sí, ya sabéis, en ese momento del día.

Maridaje y momento

jueves, 12 de febrero de 2015

Hoy vamos a cambiar de registro: voy a proponeros los ingredientes para diseñar uno de esos momentos de los que hablamos a diario. 

Por una parte, un vino que he tenido ocasión de probar no hace mucho y que os recomiendo como profana en la materia: simplemente sé lo que me gusta y lo que no. No os voy a dar datos técnicos porque para eso ya hay expertos en la materia; enlazo además la página web de estas bodegas  porque visualmente es un "paseo" agradable. El vino en cuestión es el Laya 2013 y en mi entorno, quien lo ha probado repite; coged vuestra copa y disponeos a disfrutarlo, ya sea solos en un momento relajante, una pausa del día o una celebración del final, o en buena compañía; también la conversación relaja.

Y como complemento, os sugiero música de fondo; ayer descubrí esta canción  a través de una amiga que la compartió en Facebook definiéndola como nostálgica y es verdad que algo de razón tiene; también es suave, invita a escucharla con los ojos cerrados o mirándonos en otros. Fue oírla e imaginarme este momento que comparto con vosotros. 

Me gustaría que esta especie de maridaje entre música y buen vino se convierta en algo habitual en este blog, tanto a través de mis sugerencias como de las vuestras. Cada uno tendrá sus gustos, pero por qué no dejarnos llevar de vez en cuando, atrevernos con novedades, incluso buscarlas: al final la vida es una suma de experiencias, y aunque es bueno encontrarse cómodo, en mi opinión de vez en cuando hay que innovar, salir de esa zona segura y aprender. 

La fiera de mi niña

miércoles, 11 de febrero de 2015

Un gran director, Howard Hawks, un Actor, así, con mayúsculas, Cary Grant, y un apellido para la actriz protagonista que debe transmitir cualidades para ser un monstruo de la pantalla: Katherine Hepburn. Juntos, nos ofrecen una película extraordinaria, divertida y con unos personajes que se salen de la pantalla, nos llevan con ellos, nos sitúan en su propia perspectiva.

Por un lado Cary Grant, camaleónico, en este caso el prototipo de sabio despistado, con una vida marcada, rutinaria y estable de la que no es muy consciente, dedicado como está en cuerpo y alma a su trabajo. Un perfil muy de actualidad no creéis? Gente que no es feliz pero tampoco infeliz, simplemente se vuelcan en lo único que les produce algo parecido a la felicidad: la satisfacción de aquello en que destacan. Que es uno más de los ingredientes de la vida, pero que aislado, llega un momento en que con toda probabilidad nos hará perdernos aquellas otras cosas que había junto a nosotros pero no fuimos capaces de ver. Y entonces aparecerá el vacío por todo lo que perdimos. 

Por suerte para el despistado Grant, a punto de casarse con alguien que era parte del decorado de su trabajo, aparece en escena la Hepburn. Llena de vida, de picardía, con unas ideas muy claras, una mujer fuerte, capaz de todo para tener a su lado a la persona a la que ha amado desde el primer momento en que la vio. Inteligente también, intuye que dentro del aburrido personaje de Grant se esconde una persona tan llena de vida y de capacidad de disfrutar y reírse de las cosas como ella. 

Y vemos como poco a poco, sin que casi nos demos cuenta (mucho menos Grant), él pasa de considerarla un estorbo en su trabajo a esbozar una sonrisa y finalmente a divertirse, a ver esa otra cara de la vida, a atisbar la felicidad. Todo regado con momentos de carcajada para el espectador, se os ocurre una forma mejor de pasar un rato agradable?

Siempre que veo esta película, al margen de reír, algo por lo que ya solo merece la pena, recuerdo que no hay que tomarse la vida tan en serio, que hay que dejar un espacio para la risa, y sobre todo ponerla al servicio de lo importante, lo prioritario; cada uno sabemos q es.

Una película para ese momento del día, para verla de nuevo o acercarse a ella por primera vez: compartid vuestras opiniones, hablad de qué os ha enseñado o de en qué momento os ha hecho reír. Y sobre todo, disfrutadla. 

No solo peques

martes, 10 de febrero de 2015


Lunes!! Y casi no llego! Ya sabéis, los lunes son como son, yo hace tiempo que intento verlos como ese momento en el que aun tienes tiempo de todo, cada día tiene su encanto y hay que encontrárselo. Ahora, en ese momento del día, voy a compartir con vosotros el libro que tenemos entre manos últimamente a la hora de dormir, y que esta suponiendo una fuente de conocimiento tanto para niños como para los adultos, además de que estamos descubriendo facetas de nuestros hijos que nos están dejando boquiabiertos.

Se trata del libro Cuéntame un cuadro, de Quentin Blake. Imagino que os sonara este ilustrador, siempre ha sido de mis favoritos por la colección del Pequeño Nicolás, libros qu me hicieron disfrutar y reír cuando era niña y que ahora comparto con mi hija... Pero eso es otra historia!

Las ilustraciones de Quentin Blake son enormemente atractivas para los niños, y el libro muestra una pequeña selección de cuadros de la National Gallery de Londres. Reproducción del cuadro en cuestion, ilustracion de Quentin Blake llamando la atención sobre algún aspecto del cuadro, y nada más. Imaginación, capacidad de descubrir, de ver pequeños detalles que a los adultos, más pendientes de "entender" el cuadro, se nos pasan desapercibidas. Al final del libro viene una breve descripción del cuadro y del autor, pero os recomiendo que acudáis a esto al final, porque es increíble, divertido y sobre todo, tremendamente instructivo el preguntar qué os parece este cuadro? No sólo vais a sorprenderos mil veces, tantas como volváis a releerlo, sino que además vais a aprender de vuestros hijos, aprender vosotros mismos, y sobre todo, ver las cosas desde otra perspectiva, como hay que verlas. Sin ideas preconcebidas, sin  presiones sobre lo que hay que apreciar; solo un lienzo, sensaciones y emociones, como siempre digo: lo esencial.

Hoy os propongo precisamente eso, porque no hacer del momento del "cuento" uno de esos que luego contamos como "en ese momento del día"? Os sorprenderéis del resultado.



Mi momento

viernes, 6 de febrero de 2015

La idea de este blog me lleva rondando mucho tiempo, y tengo que decir que está siendo mucho mas satisfactorio de lo que imaginaba. Personalmente mi visión de las cosas ha cambiado, doy más importancia a los detalles, todo es mucho más vibrante porque veo las cosas de las que disfruto a través de los ojos de aquellos que me leéis; no imagináis lo que supone ver que soy capaz de transmitir emociones, de plantar la semilla de leer determinado libro o ver esa película... De corazón, gracias.

Hoy os traigo otro de mis lugares especiales: la playa de La Barrosa, en Chiclana. Es una inmensa extensión de arena dorada y agua transparente, bordeada de delicada espuma; siempre que llego lo primero que hago es ir a la orilla, y en el punto en que las olas terminan de tocar la arena, me quedo, dejo que el agua llegue hasta mi y se retire, y disfruto de ese momento. Mi momento. 

Así que imaginaos mi sorpresa, deleite y admiración cuando en una galería de arte local, a través del cristal vi un cuadro que captaba exactamente ese momento. El mismo que tenía en mi retina, el sol, el agua, la arena... Mi recuerdo! Pasé, pregunté y descubrí a un pintor que desde entonces sigo, aún sorprendida con cada nuevo lienzo: Carlos García Román.  No os voy a desvelar mucho más, simplemente os voy a dejar el enlace a su blog para que cuando entréis, creéis vuestro propio sentimiento, vuestra imagen especial y a la vez compartáis y entendáis el mío.

Y así llegamos al final de mi primera semana con esta nueva aventura. Para este fin de semana os propongo ser conscientes de esa multitud de pequeños momentos que pasan muchas veces desapercibidos pero que son lo que llena nuestra vida; por qué no dar prioridad a lo esencial, si es lo que nos mueve. Ya sabéis, en ese momento del día.  

Morriña

jueves, 5 de febrero de 2015



Se que el título de la entrada de hoy no aclara mucho, la intención es esa puesto que es una "medio sorpresa", si seguís leyendo lo entenderéis.

Hoy voy a tratar de transmitiros mis sensaciones acerca de una ciudad muy especial para mi: Santiago de Compostela. Especial porque viví allí hace ya unos cuantos años (me sigue sorprendiendo cuántos!), pero también porque lo es, sin más. Especial, mágica, única. Siempre me preguntan cuando digo que viví allí que si no era muy triste, siempre lloviendo; y habitualmente respondo lo mismo: qué sería Santiago sin lluvia? Para mi es precisamente lo que le da una aspecto señorial, distinguido, pero también íntimo y reconfortante.

No trata esta entrada de recomendaros sitios que visitar o lugares donde comer o alojarse, primero porque seguramente muchos de los que conocí no seguirán allí, y segundo porque lo que quiero provocar es el deseo de visitar la ciudad los que no la conozcáis, de volver a ella con ojos diferentes, los que sí. En familia, con amigos, en pareja, incluso en un viaje en solitario: os animo a que lo hagáis y que encontréis vuestro lugar especial; Santiago es así, cada uno encontrará su rincón, su sitio al que volver una y otra vez con el pensamiento "en ese momento del día".

Y termino con la sorpresa anunciada: hoy es el cumpleaños de una de mis más antiguas y queridas amigas. Vive allí, y allí compartimos nuestra infancia en el mismo cole en el que ella ahora es profesora. Es de esas personas que sencillamente, están ahí. Yoli, espero que cumpras moitos mais, e tamén espero que non esquezas que por moito tempo que pase, sempre terás o teu lugar na miña vida.

Libros infantiles?

miércoles, 4 de febrero de 2015



A pesar de que esta entrada a quien no tenga niños le puede dar cierta pereza, os animo a q sigáis leyendo. Como enamorada de los libros que soy, intento inculcar en mis hijos ese amor, y para ello, además de libros "de moda", (mi hija ya con nueve años tiene sus propias sugerencias), busco aquellos que son auténticas obras de arte, por sus ilustraciones, por la historia que cuentan o por los valores que transmiten. A veces incluso todo ello a la vez.

Os voy a ofrecer un ejemplo, y de vez en cuando iré ampliando el catálogo, porque de verdad que merece la pena que en su biblioteca cuenten con este tipo de libros a los que, os lo aseguro, vuelven una y otra vez.

El libro en cuestión se llama "Emocionario", la editorial es Palabras Aladas. Un recorrido por las diferentes emociones, cada una de ellas descrita de una forma profunda, gráfica y muy didáctica, acompañada de una ilustración que permite el juego previo de tratar de adivinar de qué emoción se trata. Entender y conocer las emociones les permitirá identificarlas, favorecer las positivas y encauzar las negativas.

Así, una preciosa descripción de la serenidad como "sensación de calma y armonía. Nace en lo más profundo de tu ser y se extiende hasta llegar a tus ojos", junto a una ilustración de un azul profundo, relajante... No perdáis la ocasión de disfrutar con este libro; es cierto que va dirigido a los niños pero también los adultos necesitamos ese soplo de aire fresco, el recordar sentimientos que a menudo quedan relegados por las obligaciones y la rutina. Os propongo que al terminar el día de hoy, "en ese momento del día", penséis en qué emociones han sido las predominantes; preguntadle a las personas que comparten su vida con vosotros, os sorprenderéis del resultado.

Una de Audrey... Siempre

martes, 3 de febrero de 2015


El título de esta entrada no puede ser más descriptivo: siempre me parece un buen momento para disfrutar de Audrey Hepburn, ya sea en estado puro (o es posible encontrar más Actriz, con mayúsculas, que la Hepburn frente al escaparate de Tiffany's?), como en aquellas otras en las que  la actriz es paradigma de la dulzura, la belleza clásica, el suspiro... al menos aparentemente. Con Audrey Hepburn, siempre hay más de lo que se ve.

Hoy voy a hablar de Sabrina, nada más y nada menos. Un cocktail perfecto: Billy Wilder (aunque no es su mejor trabajo, sin duda muchos quisieran estar a este nivel) como artífice de la templanza en la brutal lucha de talentos de los tres actores protagonistas: Bogart, Holden y Hepburn. Desde el inicio se me aparece en la mente una danza sutil, en la que cada uno de ellos participa y que enriquecen de tal modo que el espectador queda atrapado no sólo en la historia, también en el deseo que los tres protagonistas, cada uno según le corresponde, van mostrando al espectador.

Para muchos, Bogart está como pez fuera del agua en este papel. Para mi, no puede haber mejor Linus, y aunque al principio resulta raro ver la pareja Bogart-Audrey, una vez dentro de la película, funciona. No quiero decir mucho más porque últimamente estoy descubriendo que hay mucha gente que no ha visto apenas blanco y negro, y por si alguien no conoce la historia, no quiero desvelar nada.

En cuanto a la protagonista, siempre me pregunto cómo es posible que en una misma persona puedan destacar fragilidad y fortaleza, dulzura y carácter. Para mi, la escena de la fiesta después de volver de París; si alguna vez tuviera ocasión para lucirlo, ese sería MI vestido.

Por supuesto partimos de la base de que quien escribe es una simple aficionada, en modo alguno versada en cine, y lo que pretendo ofreceros es mi visión de esta y otras películas, y animaros a verlas. Y por supuesto a dar vuestra opinión; para mí es tan satisfactorio ver una película como hablar de ella con alguien, siempre se descubren otras facetas y es enormemente enriquecedor.  

Cómo defender a un asesino

lunes, 2 de febrero de 2015



Hoy traigo una serie de Fox que he empezado a ver hace relativamente poco pero que ha conseguido engancharme a pesar de que la idea inicial no me resultaba muy atractiva. El que una profesora de derecho penal en Estados Unidos ofreciera a sus alumnos una visión "estilo House" del ejercicio de la profesión, no me parecía ni original ni tampoco excesivamente creíble. Es cierto que esta última particularidad no me resulta imprescindible (la ficción, ficción es), pero el caso es que empecé a verla casi a regañadientes.

Pues bien, me equivoqué, y me ha atrapado. Lo que primero me sorprendió gratamente fue el ritmo visual, las escenas del presente con que empieza cada episodio y que intercalan de cuando en cuando, que "despiertan" al espectador, lo hacen recordar para qué está ante el sillón y a la vez le generan nuevas dudas, nuevos detalles que observar, nuevos datos que echan por tierra lo que pretendíamos saber hasta el momento.

Personajes ambivalentes; nadie es lo que parece, o tal vez sí? En cada capítulo se desarrolla una trama individual, que no sólo tiene el valor del entretenimiento sino que nos muestra facetas de cada personaje; facetas que como un rompecabezas gigante, debemos ir encajando en la trama principal.

En definitiva, serie altamente recomendable, al menos en sus capítulos iniciales. Ya sabéis, para "ese momento del día". 

Memento Mori

domingo, 1 de febrero de 2015



A través de la recomendación de un amigo llegué  al primer libro de la trilogía de César Pérez Bellida, Memento Mori. Me habló tan bien de su experiencia de lectura que lo primero que pensé es que me iba a decepcionar. También me dijo algo de "banda sonora" del libro que no entendí hasta que llegué al primer crimen.
El libro es precisamente eso: un libro con banda sonora. Impregna los crímenes, la mente del asesino e incluso establece una suerte de vínculo con el lector, una identificación imposible que nos mantiene a la expectativa no sólo de los acontecimientos (que por otro lado nos mantienen en alerta contínua), sino de cual es la siguiente canción y si TAMBIÉN nos va a gustar.
Al margen del elemento banda sonora, los personajes son sólidos, creíbles, con un cierto punto de exageración cinematográfica que acentúan el carácter visual, sonoro, sensorial en definitiva, del libro.

Otra cuestión para mi positiva es que forma parte de una trilogía. Cuando termino un libro que me gusta siempre me quedo con ganas de más, así que estoy deseando empezar el siguiente. No va a ser fácil mantener el nivel de atención y novedad del primero; ya os contaré.